Buenos días a todos
A menudo veo en las revistas, en pinterest o en blogs, viviendas reamente ideales a las que sin embargo le fallan los detalles. Los estores o cortinas, los interruptores de la luz, alfombras, cojines, o la iluminación. Decorar una casa es una tarea integral en la que para que el trabajo parezca terminado no debemos descuidar ni el último rincón, es así. Puede, por supuesto, ser una vivienda minimal, pero porque sea así intencionadamente, no porque no nos haya dado tiempo de resolver cómo vestimos nuestras ventanas.
A la vez que os digo esto, también os contaré que no soy partidaria de las casas llave en mano. Me gusta mucho más la idea de entrar a vivir con lo que realmente tengas claro y dejar algunas cosas para completar conforme vayas viviendo la casa y sepas de verdad lo que necesitas. Además, el momento de comprar una casa, de reformarla, o simplemente de mudarte si es de alquiler, ya es de por sí bastante estresante. Si tenemos que ponernos a elegir en ese momento cada detalle, es muy probable que acabemos desbordados, cansados, y nos arrepintamos de algunas de nuestras decisiones.
Yo me alegro mucho de haber dejado cosas para después en la casa en la que vivo. Por ejemplo, quería unas lámparas modernas en las mesillas de mi habitación pero no fue hasta que despejé mi mente y mi energía de decidir cosas más transcendentes y urgentes hasta que tuve tiempo para pensar lo que quería y para buscarlo. Tardamos unos 6 meses en tener esas lámparas pero ahora son de verdad las que me gustan, me funcionan y necesito. lo mismo nos pasó con los estores, las alfombras e incluso con un armario en la zona de la entrada que aún estamos diseñando. Siempre me ha parecido que no te das cuenta de lo que necesitas realmente en una casa hasta que la vives.
En la foto podéis ver nuestras mesillas de noche con sus lámparas. Son blancas, pequeñitas, orientables y regulables en intensidad con una rueda. Tuvimos que llamar al electricista y al pintor para que nos sacaran los cables, pues no lo habíamos previsto en obra, pero mereció mucho la pena pequeña inversión al ver el resultado. Nos falta, eso sí, sustituir las mesillas por otras más actuales, pues estas son antiguas y nos apetece renovarlas por unas de un color más claro.
Volviendo al tema de la iluminación, la verdad es que el mundo de las lámparas es más bien un universo entero, y, si quieres poner lámparas de algún diseño o marca concreta, puede ser toda una inversión, que muchos de nosotros tenemos que hacerlo poco a poco. Una idea que puede funcionar es la de poner, nada más mudarte, algunos globos o lámparas de papel para que no queden las bombillas desnudas. Es una solución barata y rápida para empezar a funcionar y, después, poco a poco podemos ir sustituyéndolas a medida que vayamos encontrando las lámparas que nos gusten y nos funcionen y tengamos el presupuesto que necesitemos destinar a ellas listo.
De momento, os confieso que las únicas lámparas definitivas que tengo en casa son las dos con forma de globo que tenemos en la habitación de los niños, y estas de las mesillas de noche, que me resultan super prácticas porque no me ocupan superficie de apoyo, porque son regulables en intensidad y porque no hay riesgo de accidentes. Sin ir más lejos, hace un par de semanas los niños, mientras jugaban, rompieron la única lámpara de sobremesa que teníamos de cristal. En general, elegimos lámparas de sobremesa que sean de papel, mimbre o plásticos, para evitar que puedan hacerse daño pero teníamos esta desde antes de nacer los niños y, la verdad, que haya sobrevivido 8 años tras convertirnos en padres, me parece toda una hazaña.
Como ya os habrán dicho más veces, si queremos que nuestra casa parezca un hogar, es imprescindible que apostemos por la iluminación indirecta, de pie o sobremesa, para completar a la iluminación que tengamos en el techo. Yo soy partidaria de tener un salón o sala de estar donde no necesitemos encender las luces del techo salvo en momentos muy puntuales, pudiendo funcionar en general con 3 o 4 puntos de iluminación con lámparas de pie o de sobremesa, apoyadas en algún mueble auxiliar.
Del tema bombillas, calidez e intensidad, si queréis hablamos otro día, porque también es un mundo. Yo soy de las pocas personas a las que le gusta la luz blanca en casa, pero no me convence nada la iluminación cálida con la que todo se ve amarillo. Pero ese debate, como os digo, lo dejamos para la próxima.