Este verano he leído el libro Vivir sin plástico, que es el resumen de lo que han aprendido sus autores (@vivirsinplastico) en su camino hacía un hogar libre de este material. Me ha parecido muy interesante y os lo recomiendo a todos. Ellos abarcan solo una parte de lo que sería este camino hacia la vida sostenible, que es la reducción al mínimo del consumo de plásticos. Además de porque son una referencia genial para iniciarse en este camino, quería nombrarlos aquí porque una de las frases de su libro es la que yo misma estoy usando para empezar a ver en qué cosas podemos mejorar nosotros. Ellos dicen que para reducir tu basura hay que empezar por meterse en ella, analizarla y ver qué hay realmente dentro.
Yo he aplicado esto a nuestros armarios, nuestros cajones, nuestras costumbres y rutinas para ver, efectivamente, en qué podemos mejorar nuestra relación con el medio ambiente.
Os iré contando poco a poco qué vamos haciendo, y hoy empiezo con el tema de las servilletas de tela. El año pasado nos pasamos a las servilletas de tela. Ya no usamos de papel, salvo cuando hay catástrofes infantiles. Compramos dos juegos de servilletas en las rebajas de enero, y quería comprar alguno más, sobre todo para cuando tenemos invitados, porque la verdad es que no caí y los juegos que compré solo traían cuatro.
Sin embargo, en mi repaso por los armarios encontré algunas telas que había comprado y no había llegado a usar para mis labores de costura, y también retales que me habían ido sobrando de algunas cosas que sí que había llegado a hacer.
Al final no he comprado servilletas: las he hecho con esas telas y he conseguido quitarme esos retales de encima, además de no gastar en nuevas servilletas ni comprar nada, pero, sobre todo, he evitado que estos restos de tela acaben en la basura en un día cualquiera de limpieza compulsiva. Por cierto, que uno de los trozos era tan grande que me ha dado para hacer un mantel para nuestra mesa de centro, en la que solemos cenar los fines de semana mientras vemos una película.
No pretendo con esto deciros que hagáis servilletas de tela. Seguro que no todos sois aficionados a la costura ni tenéis retales por casa. El mensaje que quiero daros es que la sostenibilidad va más allá de los cepillos de dientes de bambú y que todos podemos hacer cosas para reducir el impacto que generamos en el medio ambiente.
Volveré con este tema para contaros más cosas, porque por aquí estamos tomándonoslo muy en serio!
Y vosotros ¿habéis empezado ya?
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