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Mis recetas: Arroz con leche sin azúcar ni lactosa
En casa nos encanta el arroz con leche, tanto que fue la receta con la que estrené mi thermomix hace ya unos ocho años. A mis hijos también les gusta mucho, pero últimamente había dejado de hacerlo porque la receta tradicional lleva mucha azúcar.
Sé que es un tontería, pero el hecho de hacerlo yo hace que me dé más reparos, soy más consciente de la cantidad de azúcar que lleva algo que he hecho yo, que de la que llevan las cosas que compramos. Tengo que mejorar en esto, es la verdad.
El caso es que llevo un tiempo buscando una receta alternativa con menos azúcar que me convenciera, y, después de probar unas cuantas, parece que al fin he encontrado una que nos gusta en casa!
Os cuento lo que lleva y cómo hacerla:
Ingredientes:
-100 gramos de arroz
- 750 ml de leche (en mi caso he usado sin lactosa, que nos sienta mucho mejor!)
- 12 dátiles
- la cáscara de medio limón
- 2 palitos de canela
¿Cómo se hace?
En la thermomix:
antes que nada, ponemos los dátiles en remojo. Los echamos en un cuenco y ponemos agua hasta que se cubran bien. Los dejamos una hora, los escurrimos y los ponemos en un recipiente para batidora con un chorrito de leche. Batimos bien hasta que quede una pasta sin grumos y reservamos.
Colocamos la mariposa en las cuchillas. Añadimos el arroz, la leche, la piel de limón y la canela en rama. Programamos 45 minutos, velocidad 1, 90 grados.
Cuando termine, añadimos la pasta de los dátiles y programamos 10 minutos, velocidad 1, 90 grados.
Dejar enfríar y servir acompañado de canela en polvo
¿Y si no tengo thermomix?
Puedes utliizar cualquier receta tradicional sustituyendo el azúcar por la pasta de dátiles y, si no, probar la receta de
arroz con leche en olla exprés
de Su, de Webos fritos.
Como os digo, en casa nos encanta, es un dulzor diferente al que le da el azúcar, y os diría que casi me gusta más que el de toda la vida con azúcar blanca.
Si lo probáis, contadme!
TERESA ZAFRA
arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí
este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar!
Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.
Si queréis más, nos vemos en
Instagram
Un año con la cocina abierta al salón, mi experiencia
Como muchos sabéis,
hace poco más de un año que nos cambiamos de casa
y, al hacer la reforma,
decidimos que nuestra cocina estaría abierta al salón.
Hice
este post
enseñando cómo nos quedó y, desde entonces, una de las preguntas más repetidas ha sido sobre l
a experiencia de vivir con la cocina abierta al salón
, porque es cierto que la interferencia entre unas actividades y otras existe.
En su momento, ya os dije que Borja y yo, mientras buscábamos un piso para comprar,
no nos planteábamos la idea de tener una cocina abierta.
Siempre habíamos tenido la cocina en una habitación independiente y no queríamos cambiar. Sin embargo, cuando vimos esta casa, supimos desde el principio que
la mejor opción sería tener una cocina abierta, ya que la estancia original tenía poca luz y era algo estrecha.
Es decir, abrimos la cocina porque era la mejor solución para esta casa en concreto.
Ahora, después de un año,
puedo hablaros de las cosas buenas y de las cosas no tan buenas
que nos ha traído la decisión de vivir de esta forma, con cocina, comedor y estar en una estancia abierta, y qué cambiaríamos si pudiéramos volver a atrás.
¿Cuáles han sido las cosas buenas de tener una cocina abierta?
Definitivamente, el
estar todos juntos.
Con niños pequeños, en mis casas anteriores me costaba tenerlos controlados en la cocina mientras yo cocinaba. Siempre se me escapaban y los perdía de vista. Ahora, normalmente están en el salón o en la mesa del comedor mientras preparamos la cena y los tenemos a la vista. Para esto, es importante deciros que la encimera donde tenemos los fuegos y el fregadero están de cara al salón. Para que os hagáis una idea, mientras hago las tortillas veo la tele del salón y el sofá donde están los peques.
La
ganancia de luz, como os decía antes, ha sido mucha
. Nuestra cocina da a una pequeña terraza que tiene un inconveniente: el cerramiento es de lamas fijas que no da mucha opción a que entre la luz. Estamos hablando con la comunidad para ver si podemos cambiar todas, porque dan a la fachada, pero mientas, es cierto que no nos entra la luz que debería. Por eso, abrir la cocina fue un acierto para tener una estancia más luminosa.
La climatización.
Normalmente no es habitual poner aire acondicionado o radiadores en las cocinas, pero en este espacio abierto es más fácil que la cocina adquiera una temperatura confortable, ya que contamos con la climatización del salón para caldear el ambiente (y refrescarlo!)
¿Cuáles han sido las cosas menos buenas que hemos conseguido solucionar?
Por supuesto, el tema de
los ruidos.
Aunque la lavadora la tenemos en la terraza contigua (nunca os recomendaría una cocina abierta que lleve la lavadora incluida, antes la metería en un baño), tenemos el lavavajillas y la campana extractora.
El tema del lavavajillas lo hemos solucionado programándolo para que se ponga en marcha cuando no estamos o cuando estamos durmiendo. Con esto hemos conseguido que no suponga ningún problema.
El de la campana extractora, lo conseguimos minimizar poniendo una buena campana en el techo. Digamos que fue una de las inversiones de la casa, el poner una campana de calidad. Es de la marca Pando y es realmente silenciosa. Se puede cocinar y ver la tele al mismo tiempo.
El tema del orden, que siempre me lo decís, es algo que nunca fue un problema
. Borja y yo nunca hemos dejado de recoger la cocina después de una comida o cena. Esto ha sido siempre así, desde antes de vivir juntos (cada uno lo hacía así en su casa) y por eso para nosotros este problema no existía. La verdad es que es importante mantener la cocina limpia y ordenada para evitar olores y que visualmente toda la estancia parezca desordenada. Siempre digo que
si sabéis que no vais a tener la cocina limpia y ordenada, mejor independicéis las estancias!
¿Cuáles son las cosas no tan buenas que no tienen solución?
Los olores!
Esto depende mucho de tu forma de cocinar. Nosotros no freímos prácticamente nada, y tiramos mucho de horno. Pero si te gusta freír pescado, por ejemplo, es inevitable que el olor se quede en el salón (también os digo que en otras casas con cocina independiente pero contigua al salón también se queda el olor). También hay que tener cuidado con las basuras, claro está, pero esto es fácil.
Otra cosa no tan buena es que
pierdes una estancia en tu casa
. Si nos sobran habitaciones no pasa nada, pero yo alguna vez he usado la mesa de la cocina en otras casas para irme a escribir algo o para hacer alguna tarea en silencio. En este caso, perdemos esa independencia, y también perdemos una mesa, ya que nosotros hemos unificado mesa de cocina y comedor. Antes teníamos dos mesas en dos habitaciones y ahora no.
¿Cuál es nuestra valoración global después de este año?
Pues en general
la experiencia es buena, y repetiríamos.
Me habría gustado que la estancia salón/cocina fuera algo más grande, pero nosotros priorizamos en la reforma el conservar los cuatros dormitorios que tenía la casa. Si hubiéramos integrado uno en el salón el espacio sería ya perfecto, porque el tamaño sería genial. Ahora tiene el sitio que necesitamos pero no nos sobra. SIn embargo, como sabéis, pronto llegará un bebé nuevo a casa y estamos tranquilos porque tenemos habitaciones de sobra para organizar su llegada y aún tener un cuarto de invitados.
Eso sí, es importante que si vuestra cocina va a estar abierta, os preocupéis porque sea bien bonita, para que os encante mirarla cada día de vuestra vida. La nuestra, como sabéis, es de Ikea, forzando mucho las posibilidades para hacerla a nuestro gusto y metiendo algunos elementos que de otro fabricante. Como casi todos sabéis, Borja y yo somos arquitectos y por eso para nosotros fue un placer enorme emprender esta aventura. Si os interesa que os ayudemos con vuestra reforma, podéis escribirnos a delunaresynaranjas@gmail.com
TERESA ZAFRA
arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí
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Maternidad: consejo para las madres primerizas
El domingo abrí ronda de preguntas en
Instagram
y una de vosotras me pidió que diera algunos consejos para madres primerizas. Respondí a la pregunta pero además me dio la idea para retomar los posts de maternidad en el blog, porque esta plataforma me da mucho más espacio que Instagram para expresarme y contaros cosas.
Lo primero es deciros que, por mucha experiencia que tengamos, todas somos madres primerizas. Es cierto que mi hijo mayor ya está cerca de cumplir 7 años, y que ahora mismo los temas de bebés los conozco, pero cada nueva aventura en la que él se embarca me lleva a mí detrás como novata absoluta. Siempre digo que si un día se casa, será la primera vez y seré primeriza. Esta sensación de vivir nuevas experiencias creo yo que nunca se acaba.
Dicho esto, tampoco tengo muy claro si soy yo la más indicada para dar consejos a otras madres, porque os confieso que he hecho muchas cosas mal. No fui capaz prolongar la lactancia materna más allá de los dos meses con ninguno de mis dos hijos, y aún no conseguí que se duerman sin venir mil veces al salón a preguntarnos cuándo nos acostamos nosotros.
Por supuesto que sí que he aprendido algunas cosas que me habría gustado que me contaran antes de tener a mis hijos, y hoy vengo a compartir una de ellas.
Tener hijos te cambia la vida de forma inevitable. Es cierto. De un día para otro, hay una personita en casa que depende de tí (y de su padre) a todos los niveles: físico, emocional y también económico. Nuestra vida cambia y nunca, nunca más, volverá a ser la misma.
El consejo que quiero daros es que intentéis que este cambio os afecte lo menos posible. Los bebés, si están sanos, pueden acompañaros en la mayoría de las cosas que solíais hacer antes. Sí, es difícil llevarlos al cine, eso es cierto, y yo nunca lo he hecho, pero se les puede sacar a una restaurante, se les puede llevar de fin de semana al campo o se les puede llevar de compras. Mi consejo es que, al menos, lo intentéis. Seguir haciendo aquello que os gusta, a otro ritmo, por supuesto, y sin muchas expectativas, pero hacedlo.
Recuerdo una vez cuando Martín tenía 3 años y Nico 1, que fuimos un fin de semana a la nieve. Al volver, paramos en un restaurante y, con la comida en la mesa, tuvimos que dejarlo todo porque el pequeño se había hecho caca y el mayor pis encima. Los dos con la ropa de esquí manchada hasta el cuello. En ese momento, miré a Borja y le dije: quién nos mandaría meternos en este viaje!
Es cierto que a veces las cosas con niños terminan siendo algo desastrosas, pero en general se disfrutan y yo, una vez superado el momento, recuerdo el viaje con cariño. Fue la primera vez de los niños en la nieve y lo pasamos los 4 estupendamente. Nico dio sus primeros pasos en la habitación del hotel y siempre que vemos los vídeos recordamos el viaje. Os diría que el incidente del restaurante se me ha olvidado, pero no, siempre me acuerdo también con horror, pero a la vez pienso que mereció la pena.
Está claro que cada madre vive la maternidad a su propio ritmo, pero, de verdad, no dejéis que el bebé condicione 100% el vuestro. Cuanto antes se acostumbren a no ser el centro de todo, mucho mejor. Son uno más en casa, uno muy importante y, como le digo a mis hijos cuando se quejan por tener que acompañarme a Zara: en esta familia somos un equipo, y unas veces hacemos cosas que os gustan a vosotros, otras, cosas que nos gustan a papá y/o a mí, y otras veces, cosas que no nos gustan a ninguno pero que no hay más remedio que hacer.
Esto de la maternidad no es un camino fácil, pero os aseguro que tiene momentos inolvidables.
PD: Como siempre, en el apartado de comentarios me podéis dejar vuestros consejos (igual yo también los necesito!)
TERESA ZAFRA
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