En febrero de 2018 os conté que estaba pensando dejar de bañar a mis hijos todos los días. Al final lo hice, lo llevo haciendo desde hace algo más de un año, y quería pasar por aquí para contaros mi experiencia.
1. ¿Cada cuánto baño a mis hijos ahora?
Pues, aunque no hay una regla fija, solemos saltarnos el baño lunes, miércoles y viernes. Los bañamos martes y jueves porque tienen deporte, el sábado por la mañana y el domingo por la noche. En total, 4 veces a la semana en lugar de las 6 veces que los bañamos antes del cambio (viernes noche nunca lo hacíamos).
Evidentemente, en los meses de mucho calor o si hacen alguna actividad extra o se manchan mucho, los bañamos aunque no toque.
2. ¿Hemos notado cambios en su piel?
Mis hijos, los dos, tienen la piel seca desde que nacieron, pero nunca habían llegado a tener los eccemas típicos de la piel atópica. Uno de los motivos para bañarlos menos fue precisamente que hace año y medio empezaron a tener la piel peor. Pensábamos que bañándolos menos mejorarían, pero ha sido todo lo contrario. Este año, los dos, con 4 y 6 años, han empezado a tener la piel atópica de verdad, con eccemas detrás de las rodillas y en los muslos y con muchos picores.
No creemos que esto sea debido a que los bañemos menos, pero, como ya os he contado, no han mejorado por mojarse menos. Lo único que de verdad les ayuda es ponerles crema muy a menudo, para mantener la piel hidratada, usar crema específica con corticoides para las zonas con eccema y un antihistamínico en jarabe para evitar que se rasquen, ambos recetados por su pediatra. La verdad es que a nosotros, consultarlo con el médico es, como no podía ser de otra forma, lo que más nos ha ayudado.
3. ¿Hemos notado que están menos limpios?
Pues, si os digo la verdad, no. No ha habido consecuencias en este sentido, lo cual me ha sorprendido. Me imagino que cuando sean más mayores habrá dicha diaria sí o sí, pero podrán hacerlo ellos mismos.
Aunque como os digo el motivo principal de dejar de bañarlos fue para ver si mejoraba su piel, también quisimos descargarnos un poco de obligaciones diarias, porque a menudo la rutina nos sobrepasa. Igual que hemos dejado de cocinar algunos días (os lo contaré esta misma semana), descansar algunos días de bañar a los niños nos ha hecho reducir el estrés y ganar en tiempo de calidad con ellos.
4. ¿Seguiremos haciéndolo?
Pues, de momento, hasta que llegue el calor, sí. En verano ya veremos y supongo que en septiembre u octubre retomaremos el ritmo actual. En general, la experiencia, aunque no haya servido para mejorar su piel, ha sido muy positiva.
Contadme vosotros ¿bañáis a vuestros hijos todos los días?