Os dije hace un par de semanas que últimamente no pasaba por esta sección de maternidad porque la propia maternidad me tenía ocupada. Ahora que mis hijos han terminado con la fase de bebés, siento que necesitan mucho más de mí: mi ejemplo, mi tiempo y mis respuestas.
Tengo un objetivo fundamental: poner todo de mi parte para que mis hijos crezcan felices y, especialmente, emocionalmente sanos. El otro día, una amiga profesora me decía que la parte emocional es su gran reto como educadora, porque si un niño está motivado, feliz y crece en un ambiente sano, entonces las buenas notas vienen solas. Ella es profesora de secundaria y, os lo prometo, su discurso me llena de esperanza.En el futuro, mis hijos podrán saber resolver ecuaciones complejas, o no, tampoco es tan relevante, pero que sepan distinguir y gestionar emociones, y empatizar con los demás, me parece imprescindible.
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