Si el pasado 8 de marzo fue el día de la mujer y ese día aprovechamos para reivindicar, me gustaría también que hoy, día del padre, habláramos un poco de ellos.
Siempre he pensado que tener unos buenos padres (padre + madre), aumenta exponencialmente la capacidad de cualquier persona para ser feliz.Tener unos padres que te inculquen los valores adecuados, que te enseñen a creer en tí mismo pero también a respetar a los demás, y que te instruyan con su ejemplo diario, es para mí parte de los derechos fundamentales de un niño. No siempre es así, lo sabemos, y por eso me parece que dar valor al esfuerzo que requiere ser un buen padre (o una buena madre).
Socialmente, aunque es cierto que queda un mundo, se han producido pequeños avances para poner en valor el papel de las madres y creo, fijaos en lo que os voy a decir, que la sociedad nos da más facilidades (aunque aún sean pocas) para ser una buena madre que para ser un buen padre.
Nos hablan mucho del valor de la calidad de tiempo que pasamos con nuestros hijos por encima de la cantidad, pero yo discrepo con esta afirmación. Sobre todo, no creo en el ver a nuestros hijos un ratito antes de dormir y pensar que con cenar juntos y nos cuenten como les ha ido el día, sea formar parte de su vida diaria. Por supuesto, hay veces que las circunstancias laborales o económicas nos impiden recoger o llevar a nuestro hijos del colegio o compartir con ellos parte de la tarde, pero yo creo, como os digo, que merece la pena hacer el esfuerzo para formar parte real y activa de la vida diaria de nuestros hijos.
La ley pone sobre el papel derechos similares para padres y madres. Ambos pueden reducirse la jornada o tener excedencias para conciliar la vida familiar y laboral mientras los hijos son pequeños.
¿La realidad?
Los datos de 2015 del Instituto de la Mujer nos dicen que en el año 2015, el 95% de las personas que solicitaron reducción de jornada por cuidado de hijos o personas mayores fueron mujeres y el 94% en el caso de las personas que solicitaron una excedencia por esta misma circunstancia.
¿Los motivos?
Por supuesto, son complejos, se me ocurren un montón, pero la realidad es que existen padres que se sienten presionados para no reducirse la jornada por el simple hecho de ser hombres. Este artículo de El País habla de hombres concretos con nombres y apellidos que han sido desdedidos por solicitar reducción de jornada para atender a sus hijos.
Supongo que lamentablemente habrá también mujeres que reciban cartas de despido por solicitar trabajar menos horas, pero seguro que estáis de acuerdo conmigo en que el ambiente social y laboral ve con mejores ojos que sea una mujer la que se reduzca la jornada, ante igualdad de puestos de trabajo. Incluso, el empresario o la empresa reacia a que sus trabajadores ejerzan estos derechos, se "resignan" con mayor facilidad cuando la solicitante es una mujer, ya sea por convención social o por miedo a una denuncia o sanción.
Podríais decirme que, por contra, una mujer con hijos o en edad de tenerlos es menos "contratable" que un hombre en la misma situación. Es cierto que a las mujeres nos cuesta más encontrar un nuevo puesto de trabajo o conservar el que ya tenemos por este motivo. Al final, la realidad es que tanto hombres como mujeres tenemos nuestros problemas (algunos iguales y otros diferentes) para conciliar la vida familiar y laboral.
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