Siempre os digo que nunca dejaré de ser madre primeriza, y es que siempre seré novata en los nuevos retos que me pongan mis hijos, y en las nuevas fases que vayan experimentando con el paso del tiempo. Martín, mi hijo mayor, crece (como todos) a la velocidad del rayo. Ya hemos terminado con su fase de bebé al 100% y, la verdad, tengo que deciros que esta nueva de niño me parece más complicada que la anterior. Los retos son más complejos, tenemos que ser más conscientes su padre y yo del ejemplo que le damos, y pensar muy bien cada paso que queremos dar en su educación.
Este otoño, uno de los retos que Martín nos ha puesto (involuntariamente) es el de enseñarle el concepto de que las cosas valen dinero y la necesidad de administrarlo con cabeza y no derrochar. Empezó de una forma muy inocente cuando quiso hacer colección de un album de cromos, y pretendía que cada día le comprásemos cromos nuevos.
Decirle que no hay dinero para esto o aquello es algo peliagudo porque, por encima de todo, su padre y yo consideramos que los niños deben sentirse seguros. Hay miedos de los que evidentemente no podemos protegerlos, pero generlarles inseguridad por ejemplo, porque vayan a pensar que podríamos llegar a quedarnos sin dinero, tampoco es positivo.
Por eso creemos que hay que buscar un equilibrio, y que es dificil. De momento, hemos empezado por explicarle cómo funciona el ciclo del dinero (el que conseguimos trabajando y luego usamos para pagar todo lo que mantiene nuestro ritmo de vida), y hemos usado un libro para ayudarle:
Este otoño, uno de los retos que Martín nos ha puesto (involuntariamente) es el de enseñarle el concepto de que las cosas valen dinero y la necesidad de administrarlo con cabeza y no derrochar. Empezó de una forma muy inocente cuando quiso hacer colección de un album de cromos, y pretendía que cada día le comprásemos cromos nuevos.
Decirle que no hay dinero para esto o aquello es algo peliagudo porque, por encima de todo, su padre y yo consideramos que los niños deben sentirse seguros. Hay miedos de los que evidentemente no podemos protegerlos, pero generlarles inseguridad por ejemplo, porque vayan a pensar que podríamos llegar a quedarnos sin dinero, tampoco es positivo.
Por eso creemos que hay que buscar un equilibrio, y que es dificil. De momento, hemos empezado por explicarle cómo funciona el ciclo del dinero (el que conseguimos trabajando y luego usamos para pagar todo lo que mantiene nuestro ritmo de vida), y hemos usado un libro para ayudarle:
El libro se titula Mon y Nedita , y es la historia de dos ratones hermanos que quien comprar un regalo de cumpleaños a su madre. Es sencillo, claro y tiene una parte interactiva muy chula, con dinero de papel para manipular, contar, gastar y ahorrar. A Nico también le hace mucha gracia aunque, con dos años y medio, no entienda los conceptos que su hermano mayor está aprendiendo.
Os lo recomiendo si estáis en esta famosa frase de enseñarles que "el dinero no crece de los árboles", y queréis hacerlo con tacto y sin dramatizar.
Como aún estamos en pleno proceso, quería pediros también un favor: ¿Me contáis cómo habéis afrontado este tema con vuestros hijos? ¿Me dais algún consejo que pueda servirme?
Muchas gracias por estar al otro lado!
Das siempre unas ideas estupendas!
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