Buenos días
Como creo que muchos de vosotros ya visteis por Instagram, el pasado mes de agosto nos escapamos un par de noches a un hotel que llevaba tiempo en mi wishlist: Casa Modesta.
Aprovechamos la cercanía de nuestro destino vacacional habitual, Cádiz, para cruzar la frontera y viajar hasta Fuseta, el pueblo de la costa del Algarve donde se encuentra Casa Modesta.
Este hotel rural de tan solo 9 habitaciones, es en realidad una casa familiar con mucha historia que a día de hoy sigue en manos de los nietos de sus primeros propietarios. El propio proyecto de renovación y transformación en alojamiento rural corre a cargo de una de las nietas de Modesto, el propietario original. Modesta, su hija, y madre de los gestores del hotel, da nombre a la casa.
Las habitaciones no tienen minibar, porque el hotel tiene el concepto de "open bar", una cocina común para todas las habitaciones, en las que tú mismo te sirves y apuntas lo que tomas: desde agua a helados y yogures, pasando por todo tipo de licores, vinos y refrescos. Encima, el espacio es así de bonito:
Tampoco me perdería la experiencia de quedarte a cenar una noche en Casa Modesta. Al haber solo 9 habitaciones, su cocina es pequeña, pero totalmente casera y de la zona.
Para cenar, tienes que avisar por la mañana, eligiendo carne, pescado, o plato vegetariano, y su cocinera te preparará el menú en función de la temporada y de los productos locales disponibles. Nosotros tomamos una cataplana de pollo y almejas que estaba deliciosa, bajo las estrellas. Fue una cena que recordaremos durante mucho tiempo.
Como os he dicho ya, os recomiendo 100% una escapada a Casa Modesta. Es un destino que sirve a la perfección para descansar.
¿Alguna pega? Por mi parte ninguna! Si tengo que avisaros de algo, es de que hay que ir con coche, no es posible (o al menos fácil) llegar en transporte público desde allí.Tal vez si venís de muy lejos y voláis al aeropuerto de Faro, lo mejor sería alquilar un coche desde allí.
Alojarse en Casa Modesta es desconectar. Su arquitectura y su entorno natural invitan a descansar, a dejar pasar las horas sin hacer nada que no tenga que ver con el ocio y el relax, o, como mucho, a hacer alguna excursión a la playa o a alguno de los pueblos cercanos.
Aún así, una de las cosas que me gusta de este sitio, es que no escatima en comodidades: la wifi llega perfectamente a todos los puntos del recinto, el aire acondicionado funciona estupendamente, y las llaves de las puertas son electrónicas. Aunque todo parezca (y sea) tradicional y rural, el proyecto no ha descuidado en ningún momento el confort de los huéspedes.
La piscina está tratada solo con cobre. Así pueden aprovechar el agua para riego, pues Casa Modesta tiene un huerto del que salen mucho de los productos que se preparan en la cocina.
El desayuno es una de las cosas que no puedes perderte si te alojas aquí, pues está todo riquísimo, todo con productos de la zona, si no de su propio huerto, y presentado en un comedor con una luz espectacular. La bóveda de ladrillo, la gran mesa corrida, que me imagino que sirve de comedor de invierno, y los platos de cerámica portuguesa de la pared , hacen del espacio un sitio con un encanto indiscutible.
Por si había duda, los niños son bienvenidos. Nosotros no llevamos a los nuestros, pero puede que lo hagamos alguna vez. El nivel de descanso seguramente no sea el mismo, pero me parece una bonita experiencia enseñarles el nivel de conexión con la naturaleza que tiene este sitio: investigar cuáles son los productos que van del huerto a la mesa, buscar insectos, identificar las plantas y árboles y disfrutar de las estrellas por la noche. El jardín tiene un rincón de niños, con columpio y tipi, junto al huerto.
Tampoco me perdería la experiencia de quedarte a cenar una noche en Casa Modesta. Al haber solo 9 habitaciones, su cocina es pequeña, pero totalmente casera y de la zona.
Para cenar, tienes que avisar por la mañana, eligiendo carne, pescado, o plato vegetariano, y su cocinera te preparará el menú en función de la temporada y de los productos locales disponibles. Nosotros tomamos una cataplana de pollo y almejas que estaba deliciosa, bajo las estrellas. Fue una cena que recordaremos durante mucho tiempo.
Si te apetece descubrir la zona, no te voy a dar indicaciones en este post. Solo te diré dos cosas:
1. Merece la pena. En esta zona las playas son bonitas, y diferentes, porque tienes que llegar a la mayoría de ellas en barco, cruzando la ría. Faro, la capital del Algarve, se encuentra muy cerca y también tiene mucho encanto.
2. Carlos, el propietario del hotel, te contará todo. Por eso no tengo que hacerlo yo: desde la historia de la casa y de su familia, hasta los mejores restaurantes, las playas que merecen la pena, o las rutas en bici que no puedes perdertes.
Como os he dicho ya, os recomiendo 100% una escapada a Casa Modesta. Es un destino que sirve a la perfección para descansar.
¿Alguna pega? Por mi parte ninguna! Si tengo que avisaros de algo, es de que hay que ir con coche, no es posible (o al menos fácil) llegar en transporte público desde allí.Tal vez si venís de muy lejos y voláis al aeropuerto de Faro, lo mejor sería alquilar un coche desde allí.
Un lugar de lo más apetecible, me ha encantado.
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