Buenos días
Hace algo más de tres semanas que nos cambiamos de casa. La verdad es que aunque va todo bien, la puesta a punto de todo está siendo algo más lenta de lo que esperábamos y, por eso, aún andamos con cajas por el salón y sin saber del todo dónde tenemos guardada cada cosa. En no mucho tiempo espero poder enseñaros algunos detalles de nuestro nuevo hogar para que podáis haceros una idea de cómo es.
Sin embargo, hoy vengo a hablaros de nuestra otra casa, que también es nueva, que no es otra que nuestra casa de madera de Djeco. El otro día ya os contaba en Instagram que desde hace unos meses, nuestro hijo pequeño ha empezado a mostrar mucho interés en el juego simbólico. De forma progresiva, ha ido perdiendo el interés en los coches y los trenes, para cambiar a las figuritas de animales o personajes de dibujos animados, y siempre va llevando unas cuantas a todas partes.
Por eso desde hace tiempo nos rondaba la idea de una casa de muñecas para él, y el cambio a la casa nueva fue el momento perfecto para soprenderle con otra casa nueva para él. Ya os he dicho alguna vez que me gusta recompensar a los peques cuando hacen un esfuerzo grande con un regalo, que nos recuerde en el tiempo ese logro y que les anime moralmente. En el caso de la mudanza, los dos han tenido muchísima paciencia y han demostrado su capacidad para adaptarse a los cambios con buen humor y viendo el lado positivo. Para que os hagáis una idea, el día después de la mudanza, cuando los recogí del cole, pregunté de forma natural: Chicos ¿nos vamos a casa?
Nico se puso a llorar y me dijo: No, a casa no....a la casa nueva!
La casa de Nico es una maravilla, no le falta detalle. La cocina y el baño me gustan especialmente, y a Nico le parece estupendo poder sentar a la familia en el WC (es su parte favorita) Por supuesto, en esta casa todo el mundo es bienvenido: Buzz Lightyear, Mickey, un dálmata o algún perro de Patrulla Canina. Cuantos más, mejor!
La casa viene directa de Mumuchu, que es la tienda online de juguetes que más conecta con mi estilo de todas las que conozco. Creo que si yo tuviera una juguetería, elegiría exactamente tener las marcas que tienen. Os hablo de corazón si os digo que no podéis dejar de visitarla, ya me contaréis.
Ah! Y como seguro que lo váis a preguntar, mi hijo mayor, Martín, no le hace ni caso. Es curioso como dos hermanos tan parecidos como ellos pueden demostrar gustos y personalidades tan diferentes. Evidentemente, también es un tema de edad, porque Martín ahora solo piensa en aprender a leer y en que le haga dictados sencillos. Sin embargo, a la hora de jugar, sigue pensando en coches y en trenes, mientras su hermano acuesta, da de comer, ducha y esconde a sus muñequitos de plástico.
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