Maternidad: ¿por qué quiero que mis hijos duerman en la misma habitación?

Buenos días!

Algunas veces, cuando alguien viene a casa, se sorprende de que, teniendo dos cuartos dedicados a los niños, duerman los dos en el mismo. En el más grande tenemos el armario con la ropa, una cama alta que hace las veces de cambiador y de almacenamiento de juguetes debajo (y que vistéis en este post cuando vivíamos en nuestra casa anterior), con un espacio libre para que sea la zona de jugar. En el pequeño, duermen juntos y tienen una estantería con libros y una pequeña mesa para dibujar. Los dos cuartos son de los dos.

Sé que hay padres que prefieren que cada hijo tenga su propio cuarto, para dormir y jugar, y que, aunque compartan ratos de juego, cada uno tenga  claro cuál es su habitación. Sin embargo, cada vez más, me preocupa el que, al poder dar a nuestros hijos practicamente todo lo que quieren, se conviertan en personas excesivamente individualistas y que no sepan adaptarse a situaciones adversas. Educar en la frustración es el reto para la generación a la que pertenezco  en este tiempo en que los niños no están acostumbrados al no. Por todo eso, aquí tenéis los 5 motivos por los que mis hijos comparten habitación:

1. Para que aprendan a tolerar a los demás y a compartir espacios. Soy de la opinión de que la tolerancia, en general, se aprende con la práctica: tolerando. A la vez, se acostumbran a dormir con algo de ruido, el que hace su hermano al respirar mientras duerme o al levantarse a media noche. Pensamos que así entrenarán para no despertarse cuando pasa una mosca o para poder dormir en el tren, por ejemplo. No sé si lo conseguiremos pero me gusta la idea de que practiquen. Así también, cuando vayamos de viaje o a casa de los abuelos, donde es imposible tener un cuarto para cada uno, no habrá problemas.

2. Para que se cree entre ellos un tiempo, el de justo antes de cerrar los ojos, de intimidad. Sin padres, sin adultos, y sin otros niños. Aún son pequeños, pero en poco tiempo esperamos que empiecen a contarse cosas en esos momentos, a compartir confidencias y a decirse la famosas frases que todos los que habéis compartido cuarto con un hermano conoceréis: ¿Martín, estás despierto?La respuesta, sobre todo si es del hermano mayor, suele ser: NO.Si el pequeño es listo, contestará entonces: Sí que lo estás, porque estás hablando.

3. Para que entiendan que deben respetar al otro. No gritar si su hermano está dormido, no dejar juguetes por en medio con los que puedan tropezar.

4. Por un tema de control: al ser pequeños siempre andamos acercándonos a mirar si está todo bien. Aunque parezca una tontería, mi hijo mayor ya vigila y cuida la pequeño, y a veces nos avisa si se le ha caído algo, si está tosiendo mucho o si se ha puesto de pie.

5. Para que aprendan a manejar situaciones adversas y/o incómodas, a ser pacientes y a tolerar la frustración. Me acuerdo mucho de cuando mis hermanos compartían cuarto. Se llevan 8 años y tenían más desencuentros que otra cosa, sobre todo por la diferencia de edad. Mi hermano pequeño pedía a los Reyes Magos cada año "un cuarto para mí solo", y, cuando tuvo unos 10 años, las circunstancias hicieron que nos mudásemos a una casa en la que efectivamente tuvo un cuarto para él solo. Creo que en ese momento valoró de verdad lo que suponía tener su propia habitación, y que los años que compartió con mi otro hermano le sirvieron para adoptar esa perspectiva. Además, los dos ejercitaron su paciencia y su capacidad de sacrificio en todos los años que tuvieron que "aguantar" el ritmo tan diferente de su compañero de cuarto. Martín y Nico van más de la mano, porque se llevan justo dos años, pero creo que compartir les va a enseñar a tener más paciencia también a ellos. 

Lo dicho, tal vez dentro de unos años cambio de opinión, pero creo que, de momento, que los niños duerman juntos tiene muchas ventajas que problemas, sobre todo porque los dos son chicos. Y vosotros  ¿ qué opináis sobre este tema?

TERESA ZAFRA

arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

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