Buenos días!
A pesar de lo mucho que nos quejamos de lo largas que son las vacaciones escolares, mis hijos no tienen tanto descanso. Efectivamente, su curso se acabó el 23 de junio, pero luego han ido a escuela de verano, y, al final, sus vacaciones de verdad, esas en las que no madrugan, duermen siestas sin despertador y se acuestan tarde, duran lo mismo que las mías.
Visto así, las vacaciones de mis hijos me parecen cortas, al verdad. Por eso, me he propuesto intentar que estas semanas que restan hasta que estemos de vacaciones reales todos juntos sean para ellos algo diferentes al resto del año.
Como ya os conté la semana pasada, le he puesto deberes a Martín, pero La cosa no queda ahí, porque yo también me los he puesto a mí misma, y aquí los tenéis:
Como ya os conté la semana pasada, le he puesto deberes a Martín, pero La cosa no queda ahí, porque yo también me los he puesto a mí misma, y aquí los tenéis:
1. Dejar dormir a mis hijos cuando lo necesiten. Ya que aún no puedo quitarles el despertador por la mañana, sí que me he propuesto que en sus vacaciones escolares duerman las siestas que quieran, a la hora que quieran y, también, dejarles acostarse un poco más tarde por la noche si veo que no tienen sueño. A ver si encuentro un equilibrio para que esto no se convierta en una anarquía, pero, de verdad, sobre todo Martín, necesitan dormir más.
2. Llevarlos a la playa o la piscina entre semana. No lo hago solo por ellos, para mí no hay mayor desconexión y parece que la semana se hace mucho más corta y que estamos más descansados y de mejor humor.
3. Merendar helado. Algunos días de verdad, otros días fruta congelada y triturada. Un helado hecho con un par de plátanos y coronado con un puñado de lacasitos, y Martín es feliz!
4. Ordenar menos y jugar más. Os confieso que algunas tardes no juego con ellos porque tengo que ordenar, cocinar o doblar ropa. Aunque tengamos ayuda en casa, hay ciertas tareas de las que no me libro. Por eso, este mes he decidido que esas cosas pueden esperar y que lo que de verdad quiero es sentarme con ellos a hacer un puzzle o montar vías de tren. Por favor, si os invito a mi casa estos días, no me juzguéis por esa montaña de ropa sin doblar que se ve en el sofá del despacho.
5. Aprovechar que ellos están más descansados para enseñarles cosas nuevas. Poner la mesa, llevar la ropa sucia al cesto, y que Nico empiece a lavarse los dientes.
6. Practicar con ellos lo que han aprendido este curso en el cole. Sentarnos a hacer los deberes que les han puesto en el cole (son muy lights): números y letras con Martín, a hacer puzzles encajables y ensartes con Nico, y, leer libros con ellos, más que en invierno.
7. Llevarles a hacer la compra. En invierno voy combinando: a veces los llevo y a veces voy sola, pero este mes vamos cuando los recojo del cole. Así, nos lo tomamos con calma, estamos fresquitos, Martín se prueba colonias (que le encanta), y les compro algún capricho en forma de yogur, helado o galletas. Si vamos a una gran superficie, al visita a la zona de juguetes y a la de libros es obligada.
No es que yo tenga más tiempo, que no lo tengo, es que creo que ellos se merecen un esfuerzo extra por mi parte estas semanas. Quiero que sientan que es verano, que hacemos cosas divertidas y que tenemos más tiempo para estar todos juntos.
¿Qué os parece? ¿Hacéis algo parecido?
Yo si porque tengo jornada solo por la mañana y eso se nota...nos pasamos las tardes enteras en la piscina... jugamos en el agua, a las cartas, al balón es un no parar pero merece tanto la pena. Besos y feliz martes.
ResponderEliminarYo las semanas que trabajo de tardes casi no puedo hacer nada con mi hija, ya que entre hacer la comida, darle el baño y comer..llega la hora de irme a trabajar y cuando llego a casa ya son más de las 10 de la noche. Lo de la siesta aunque se la he quitado ahora en verano seré más permisiva. En septiembre que empieza el cole a ver que hago con lo de la siesta..Besos
ResponderEliminarNosotros nos hemos pasado todo el año lidiando con el tema siesta...en su cole no la duermen (en algunos coles los niños de 3 años sí que duermen) y a veces se quedaba dormido en clase, otras salía muerto de sueño y se dormía en el coche, y otras en casa. Al final, en toooodo el curso no hemos sido capaces de quitarle el hábito, y ahora en verano, que sale a las 4, se suele dormir al llegar a casa, pero es que lo necesita. Es un niño dormilónn y, como es de diciembre, creo que no se le puede pedir en ese sentido la misma madurez que a uno de principios de año. Yo al final he optado por no hacerle sufrir, que su cuerpo pide siesta!
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