Maternidad: como organizar baños y cenas de dos niños pequeños

Buenos días 

La semana pasada por Instagram, una lectora me pedía que le contase en un post cómo me organizaba con las cenas y baños de dos niños tan pequeños.

Martín y Nico se llevan dos años, y, desde que el pequeño tenía 9 meses, y el mayor 2 años y 9 meses, se bañan y cenan juntos, y se van a la cama más o menos a la vez. 

Antes, hasta los 6 meses, la edad en la que Nico se empezó a sentar, lo bañábamos a él solo en esta bañera de tijera. Luego, de los 6 a los 9, en esta de Stokke.

Además del tema del baño, nos decidimos a unificar rutinas a esta edad, porque fue cuando Nico empezó a cenar sentado en la mesa (antes tomaba biberón), y también porque por fin podía quedarse sentado en el baño con una estabilidad aceptable y con recursos para gatear si se desequilibraba.

Ahora, que los niños tienen 3 años y medio y 18 meses, seguimos haciendo más o menos lo mismo. A menudo me toca hacerlo sola, porque su padre (muy a su pesar) no siempre puede estar en casa.

Cuando estamos los dos, todo me parece sencillísimo, la verdad. Simplemente:

- papá los mete en el baño mientras mamá va recogiendo la ropa sucia y prepara la limpia para el día siguiente.

- mientras papá los baña, mamá prepara o termina de preparar la cena (eso da para otro post, el tema de las cenas)

- papá y mamá sacan a los peques del baño, y cada uno viste a uno.

- los llevamos a la cocina, los sentamos en sus sillas, y les damos de cenar

- mientras se toman el postre, uno de los papás puede incluso fregar y recoger un poco la cocina.

- llevamos al peque a su cuna, con un biberón, y al mayor a lavarse los dientes, para después acostarse. 

Cuando estoy sola, sin embargo, la cosa se complica, porque, como le digo siempre a Martín (Nico no me entiende), solo hay una mamá y dos niños, así que hay que tener paciencia.

Normalmente:

-los meto a los dos en el baño, y les pongo menos agua para poder salir a echar la ropa sucia al otro baño y a preparar la ropa del día siguiente. Todo esto lo hago preguntándole a Martín en grito unas 28 veces si están los dos bien y corriendo al baño si no me responde al primer microsegundo.

-me llevo el pijama del mayor, que ya no lleva pañal, al baño, y termino de bañarlos. Así, saco primero al mayor, le pongo el pijama en el mismo baño, para vigilar a su hermano mientras, y después saco del baño al peque.

- nos vamos todos a su cuarto, para vestir al pequeño en el cambiador mientras el mayor juega.

- nos vamos todos a la cocina, los siento en sus sillas, y les pongo dibujos animados mientras acabo la cena. Si es de horno, normalmente la he puesto antes de ir a ducharnos, pero si es una tortilla o algo así, la hago ahora.

- cuando la cena está lista, apago la tele, le doy la cena al pequeño y el mayor cena solo. Es alucinante lo bien que cena cuando solo estoy yo y la cantidad de ayuda que pide cuando somos dos y sabe que podemos ayudarle.

-cuando terminamos el postre, preparo el biberón al pequeño y le digo al mayor que me espere en el baño para lavarse los dientes mientras acuesto a su hermano. Cuando el pequeño está acostado (con biberón suele dormirse solo, porque viene muy cansado del cole), ayudo al mayor con los dientes y lo llevo a la cama. Si su hermano se ha dormido, puedo leerle un cuento. Si aún está despierto, llora, y entonces tengo que pedirle a Martín que lea él solo o que dejemos el cuento para el día siguiente.

-ahora viene la peor parte de estar sola: recoger el baño, la habitación y la cocina, porque yo sola no puedo hacerlo antes. Es en este momento, os lo prometo, cuando más echo de menos los días que somos dos.

¿Mis trucos para no desesperarme cuando estoy sola?

1. Ser flexible. Es lo más importante. Por ejemplo, si veo que el mayor no tiene sueño, antes que mandarlo a la cama a la fuerza, lo dejo estar un rato conmigo en el sofá o le dejo ver una película mientras concilia el sueño.

2. Intentar que hagan solos el mayor número de cosas posibles. Por ejemplo, el pequeño sabe comer sin ayuda algunas cosas. Le suelo dejar comer sólo la fruta del postre y, aunque le doy cubiertos, no me agobio si se la come con las manos. También les pido que recojan los juguetes del baño, que quiten el tapón o que lleven su ropa a lavar. El pequeño, a sus 18 meses, va haciendo alguna de estas cosas gracias a las rutinas que aprende en el cole y que en casa reforzamos.

3. Aunque seamos flexibles, igual de importante es poner límites claros. Por ejemplo, nosotros apagamos la tele cuando empezamos a cenar, eso no es negociable. 

4. Intentar hacer siempre las cosas en un mismo orden para que los niños sepan lo que viene en cada momento, y así estén tranquilos y relajados en la medida de lo posible.

Hay noches en las que todo sale rodado, pero otras veces me toca sacar al mayor del baño precipitadamente porque necesita hacer caca, o Nico tira el plato al suelo llenito de comida, o, de repente, Martín llora sin motivo y no quiere acabarse su cena favorita.

Cruzo dedos para que esta noche sea de las primeras....y os deseo suerte a las que estáis en mi situación!

TERESA ZAFRA

arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

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