Buenos días!
Hacer ya un mes y pico que Nico llegó a casa. Desde ese día ya no soy madre primeriza, sino madre de dos, con el doble de trabajo y con el desgaste que genera ese continuo "cambio de chip" que requiere atender a dos niños de distintas edades.
Hemos tenido suerte, porque Nico es un bebé que no da más trabajo del esperado. Come bien, duerme más o menos bien y, lo mejor de todo, está sano y crece a la velocidad del rayo.
Podríamos decir que nuestro nuevo hijo vale por medio, al menos en el volumen de trabajo que nos da. Sin embargo, nuestro hijo mayor, Martín, con sus dos años recién cumplidos, vale por un hijo y medio. Las rabietas, las pesadillas y la desobediencia típicas de esta crítica edad acentuadas por la llegada de su hermano, nos tienen agotados a su padre y a mí. Al final, en conjunto, el trabajo se nos ha multiplicado por dos: Nico vale por medio y su hermano por el uno y medio restante.
Por suerte, Martín nos compensa todo ese trabajo que nos da: sus continuos avances en vocabulario, sus ocurrencias, y sus besos y abrazos hacen que al menos tengamos esos pequeños momentos en los que pensamos que todo merece la pena.
En este mes ha habido de todo: me he encontrado a mí misma recomendando a mis amigas que no tengan hijos NUNCA, me he sentido superwoman (si resisto durmiendo solo 3 horas en dos noches, ¿qué no voy a ser capaz de hacer?), me he cuestionado si esto de tener descendencia merece realmente la pena y me he desarmado por completo al ver a Martín acercarse por sopresa a dar un beso a su hermano.
Cada vez tengo más claro que esto de tener hijos es una gran aventura. A nosotros, de momento, nos merece la pena pero, como todos sabéis, requiere muchos sacrificios, en muchas ocasiones cambiar de estilo de vida, y aprender a aceptar que hay ciertas cosas que no volverán nunca a ser como eran antes.
Desde que me quedé embarazada de Martín, me he sentido muy apoyada y acompañada por todos vosotros a través de este blog. Espero que en esta nueva etapa como madre de dos pueda seguir contando con vuestros consejos, vuestro apoyo y vuestra energía.
besos a todos y muchas muchas gracias!
Teresa
Seguro que es duro, pero lo momentos en los que sientes que merece la pena, valen mucho.
ResponderEliminarAquí seguimos, deseando que nos cuentes realidades.
ResponderEliminarNo sabes como te entiendo... Mis peques tienen tres años y 9 meses y desde que soy madre de dos también hay veces en las que me he preguntado en que momento me metí yo en esto de la maternidad y por supuesto me derrito y se que todo vale la pena cuando mi peque me dice que cuando se va a despertar su hermano porque quiere jugar con el.
ResponderEliminarLo primeros meses sin duros porque además están los celos del mayor pero poco a poco la cosa mejora bastante.
Un beso fuerte y ánimos!!
Como te entiendo. En abril seremos uno más y miedo me da sólo de pensarlo. Se llevarán menos de 3 años así que ya me puedo ir preparando. Gala es con dos años y medio un auténtico terremoto! A ver qué tal se nos da...Sorprendentemente las mujeres madres podemos con todo no?
ResponderEliminarBesos y ánimo!
Tiene que se toda una experiencia tener un bebé y a la vez al mayor...yo aún no me lanzo, no tardaré en hacerlo pero aún no me veo..necesito que se encandenen más de dos o tres noches sin despertares nocturnos!! Mucho ánimo Teresa, piensa que dentro de poco los tendrás a los dos jugando juntitos y queriendo hacer cosas entre ellos. Besos
ResponderEliminarHola Teresa, me siento totalmente identificada con lo que cuentas hoy. Yo también soy madre de dos, la mayor con dos años y cinco meses y la pequeña con cuatro recién cumplidos me hacen sentir tal y como describes... Y llegamos a la misma conclusión, es una aventura que merece la pena, sin duda.. Muchos ánimos y sigue con tu blog porque me ayudas mucho!
ResponderEliminarSólo te quiero decir Teresa que mucho ánimo, que te sigo desde que escribías el blog de Mi primer embarazo en ABC y yo estaba embarazad también, que me pareces muy real y muy auténtica, que todo esto que has escrito aquí a las que somos madres (de momento, yo solo de uno) nos sirve para ver que no desesperemos. Decirte que el cansancio es brutal, que hay días en que una desespera, hasta llora, estás cansada, cabreada, te cuestiones todo...pero cuando te abrazan, te dan un beso, y Martín ya te dirá que "Te quiero Mami"...te desmontan y te das cuenta que merece muchísimo la pena.
ResponderEliminarGracias por tu blog, gracias por todas tus ideas y por cargarnos las pilas a las mamás trabajadoras y que quieren seguir siendo mujeres, ante todo (moda y diseño también nos siguen interesando!!).