Buenos días!
Reconozco que hace unos años era de las que pensaba que las vacaciones había que "aprovecharlas".
Mi plan vacacional perfecto era organizar un viaje a una ciudad o país en el que no parar de patear, visitar, madrugar y trasnochar para exprimir al máximo los pocos días al año en que no trabajamos.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, mi vida diaria se ha llenado tanto de obligaciones y rutinas que cuando llegan las vacaciones de verano solo pienso en no hacer absolutamente nada: solo dormir, descansar, tomar el sol y pasear al fresco.
Para los que compartáis conmigo este concepto de descanso estival, hoy os enseño tres hoteles que he probado y que os recomendaría para descansar sin dudarlo ni un segundo. Como veréis, son muy diferentes y cada uno está en un sitio. Voy al lío:
1. Memmo Baleeira (Sagres, Portugal): Si (mi) Cádiz es el "sur del sur", Sagres es el "oeste del oeste", pero la verdad es que ambos sitios se parecen en clima: mucha brisa marina y unas temperaturas realmente agradables. Las playas de Sagres son espectaculares, cada día estuvimos en una diferente y no podría deciros cuál me gustó más. El hotel me encantó por su diseño, por sus vistas y por la localización. Eso sí, si creéis que un día con viento puede arruinaros las vacaciones, mejor no ir a Sagres, porque puede pasaros. Sin embargo, si tenéis ganas de ver la que dicen es la puesta de sol más bonita de Europa, no os perdáis este viaje.
2. El Huerto del Cura, en Elche. Este hotel es lo más parecido a una selva tropical que he visto nunca. Las habitaciones son casitas exentas que albergan dos o cuatro estancias, y para llegar a ellas hay que pasear entre palmeras y otros tipos de vegetación. La arquitectura es muy interesante, la piscina preciosa y en el restaurante se cena fenomenal. Además, Elche tiene mucho ambiente para salir a pasear y de tapas.
3. Sofitel Marara Beach, en Bora Bora. Este viaje es muy probable que se nos escape a todos de presupuesto (me incluyo), pero el hotel en el que estuvimos en la última etapa de nuestra luna de miel, hace algo más de tres años, es un sitio que recomiendo visitar una vez en la vida, aunque sea ahorrando durante años. Tiene muy buena relación calidad/precio, y un entorno natural privilegiado donde los haya. Comer y beber es caro, pero si piensas que este archipiélago está a cinco horas de avión de Nueva Zelanda y a 8 de Los Ángeles, puedes imaginarte lo que cuesta llevar una Coca-Cola o un simple paquete de Pringles hasta allí.
Desde luego, yo me quedo con el tercero si tengo que elegir, pero, como os digo, los tres merecen mucho la pena y los tres sirven para desconectar y volver como nuevo al "mundo real".
Y vosotros....¿qué hoteles me recomendáis para cargar las pilas de cara al nuevo curso?
Teresa